“i”

En una conversación que tenia ayer con un comunista ya rancio y cansado, me dijo que ha leído mis escritos y que ha huido despavorido, al no ver, ninguna letra, sobre la patria en un portal de un "patriota" como dice el que soy. Y como no he tenido inspiración en estos días de ocio, decidí que era buen negocio, escribir de algo que no he escrito.


El tipo me despertó la musa y aquí estoy escribiendo, sorprendido, palabras que parecen tener sentido.

Pero como en mi casa la dicha siempre es corta, ya se me gastó el combustible y como está tan caro que es increíble, prefiero esto terminar, no sin antes recordar que este escrito, es sobre la patria, así que he aquí un segmento del nombrado Ricardo Pérez Alfonseca, que asimiló a tal grado la estética "rubendariana" que el mismo Ruben Dario lo llamó "Benjamín de los poetas de América". 

Su poema Finis Patria, escrito en el 1913,  debe leerse de seguido, como carretilla, para apreciar la belleza de sus versos y tal vez poner a prueba, su habilidad de leer, que tal vez conserva, después de tantos jálones de oreja, que la maestra de español le dió, por burro o por yegua.

i en tanto
que el canto
de la noche empezaba con ritmo profundo
a adormecer el corazón del mundo,
a través del sublime espectáculo nocturno,
vi que se me acercaba, aquello era asombroso!
Un hombre hecho de luz como un crisólido,
y de tamaño insólito
tal como un encendido coloso,
inmenso e inmensamente taciturno.
i con el apostólico romero.
Cayó deslumbrado, en mitad del sendero,
inevitable,
ante la inenarrable
aparición, sin que ose
mirarla
ni adorarla,
hacia la tierra de aquel camino cubierto
de rosas, mi cuerpo curvóse,
al par que deslumbrado
avergonzado,
cuando en súbito y cierto
arrebato,
reconocí en el
hombre-aparición, a aquel
de quien soy, como mis hermanos, un hijo indigno más que ingrato:
Duarte, o por la inmortalidad transfigurado.
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