Les advierto, hay malas palabras y asquerosidades en este articulo…
Un pecadillo es algo malo que uno hace. Si la gente se entera, uno se avergonzaría, pero lo hace, porque, hasta hoy, nadie se ha dado cuenta.
Todos tenemos pecadillos. Nos regodeamos en deleite cuando los cometemos. Solo nos sentiremos culpables, si nos atrapan, pero como de costumbre, nadie se entera, terminamos los episodios pecaminosos con una sonrisa “diabólica” y de complacencia.
Muchas veces los pecadillos son bien asquerosos. Hay quienes huelen sus ropas interiores cuando se los quitan. Otros se comen las uñas. Otros admiran lo grande de sus mojones cuando los depositan en el inodoro y otros se pasan los dedos por ciertas partes para después olerlos. Simplemente asqueroso, pero por ser pecadillos mucha gente lo hace, se regodea en ellos y lo olvida en un segundo.
Mis pequeños e insignificantes pecados no son tan malos, creo que el mas malo de todos es el “peo-amague”. Cuando estoy en público y hay un peo casi por salirse y uno “aprieta” y solo deja salir un chin para ver si va a oler mal. Si no huele mal entonces uno deja ir al amigo en todo su esplendor y el alivio solo se puede expresar con una sonrisa de complacencia. La cosa no siempre sale bien, porque los peos son unos elementos traicioneros, los malditos te hacen creer que no van a oler y después que abres válvula, el juidero te informa que no fue tan benigno como pensabas.
Y ese es mi peor pecadillo. Los otros envuelven a chocolates, gavetas con llaves, y uno que otro eructillo después de una buena jartura.
Hace unos días, agarré a un amigo en posición “pecadillo-anotadora” cuando se robaba de manera cleptómana una insignificancia en una tienda. Le agarraron y no valió que ofreciera pagar por el articulo. No importó que enseñara carnet y tarjetas. El guardia le sobo un yaguazo como quiera. En el “guebo” del oído.
Yo que vi casi todo, le agarro de salida y le digo: mierda men, tu por par de cheles, te arriesgas a que te agarren? El me contestó, Tulli, es mi único pecadillo y tengo mucha suerte porque casi siempre me salgo con las mias.
Solo atiné a responder, bueeeno mi amigo, como estan las cosas en estos dias, ese pecadillo te puede convertir en picadillo en un “do por tre”. El tipo se rio, se sobo la oreja izquierda y se marchó como si ná.
Que vaina! si se queda un minuto mas, disfruta de mi pecadillo, pero esta vez sin amague. Que tipo que tiene suerte ese!
Un pecadillo es algo malo que uno hace. Si la gente se entera, uno se avergonzaría, pero lo hace, porque, hasta hoy, nadie se ha dado cuenta.
Todos tenemos pecadillos. Nos regodeamos en deleite cuando los cometemos. Solo nos sentiremos culpables, si nos atrapan, pero como de costumbre, nadie se entera, terminamos los episodios pecaminosos con una sonrisa “diabólica” y de complacencia.
Muchas veces los pecadillos son bien asquerosos. Hay quienes huelen sus ropas interiores cuando se los quitan. Otros se comen las uñas. Otros admiran lo grande de sus mojones cuando los depositan en el inodoro y otros se pasan los dedos por ciertas partes para después olerlos. Simplemente asqueroso, pero por ser pecadillos mucha gente lo hace, se regodea en ellos y lo olvida en un segundo.
Mis pequeños e insignificantes pecados no son tan malos, creo que el mas malo de todos es el “peo-amague”. Cuando estoy en público y hay un peo casi por salirse y uno “aprieta” y solo deja salir un chin para ver si va a oler mal. Si no huele mal entonces uno deja ir al amigo en todo su esplendor y el alivio solo se puede expresar con una sonrisa de complacencia. La cosa no siempre sale bien, porque los peos son unos elementos traicioneros, los malditos te hacen creer que no van a oler y después que abres válvula, el juidero te informa que no fue tan benigno como pensabas.
Y ese es mi peor pecadillo. Los otros envuelven a chocolates, gavetas con llaves, y uno que otro eructillo después de una buena jartura.
Hace unos días, agarré a un amigo en posición “pecadillo-anotadora” cuando se robaba de manera cleptómana una insignificancia en una tienda. Le agarraron y no valió que ofreciera pagar por el articulo. No importó que enseñara carnet y tarjetas. El guardia le sobo un yaguazo como quiera. En el “guebo” del oído.
Yo que vi casi todo, le agarro de salida y le digo: mierda men, tu por par de cheles, te arriesgas a que te agarren? El me contestó, Tulli, es mi único pecadillo y tengo mucha suerte porque casi siempre me salgo con las mias.
Solo atiné a responder, bueeeno mi amigo, como estan las cosas en estos dias, ese pecadillo te puede convertir en picadillo en un “do por tre”. El tipo se rio, se sobo la oreja izquierda y se marchó como si ná.
Que vaina! si se queda un minuto mas, disfruta de mi pecadillo, pero esta vez sin amague. Que tipo que tiene suerte ese!