Ocurre que ya casi nadie usa pañales. Es mejor usar “pamper”, ni los pobres… Los compran al detalle en los colmados.
Pero, no sería mejor tener esos pañales que se reusaban por años y después que el carajito aprendía a usar el inodoro, se usaban como lanilla de carro o para limpiar vidrios o fregar, etc.
Pero la cuestión de este artículo no son los pañales, sino las chambras que los ataban. Porque yo creo que nuestra sociedad necesita buscar utensilios como esos que, aunque obsoletos, nos servirían para tanto, es solo, que no lo sabemos y por ende no los buscamos. Me pregunto si todavía venden en la pulpería o las “fantasías” chambras para atar pañales?
Le daré un reto: cómprense un par de chambras, y verán que en poco tiempo no podrán vivir sin ellas. Cuando se aten el vestido que se le dañó el zipper en el medio de una fiesta o la camisa que se le explotó un botón por lo grande de la barriga, se acordarán de mí, y es que la chambra tiene ese poder: hasta te trae recuerdos de infancia. No lo olviden… La chambra, don’t leave home without it!