La prostitución es la profesión más antigua de la tierra. Porque después que la mujer se dio cuenta que tenía una finquita y que los hombres estaban dispuestos a pagar por sembrar sus víveres en esa tierrita, esta decidió sacar provecho y lo demás es historia.
Claro que existe prostitución obligada, que para mí es otra forma de llamar a la esclavitud de las mujeres. Pero una gran mayoría lo hace como opción de adquisición de dinero y beneficios. Y no me vengan a decir que es signo de subdesarrollo o poca educación porque en los países desarrollados, existe la prostitución en cada uno de sus ciudades y pueblo y tampoco es educación o se les olvida el comentario de Fidel Castro: Tenemos jineteras pero son doctoras e ingenieras!
Que mujer no le ha dicho a su esposo: si me das x o y, te daré el "especial". Creerán ellas que el tipo le consiguió la x o la y porque la quiere? No! Mi hermano, lo hizo por el "especial". Casarse no es sinónimo que uno lo consigue de gratis para toda la vida. Si tiene suerte, los primeros meses y ni siquiera, porque algunos tienen que pagar por luna de miel para conseguirlo.
Pero es el Hombre el culpable. Porque quiere a las mujeres de la forma que no las puede tener. (le dejo de tarea esa oracion a ver si la entienden!)
Para no cansarles con mi desvarío, y como se ha hecho costumbre en mi blog, les voy a dejar con una pieza literaria hispanoamericana. Esta vez de Sor Juana Inés de la Cruz (pseudónimo de Juana de Asbaje y Ramírez; ¿1648?-1695), su poema Hombres Necios donde Arguye de inconsecuentes el gusto y la censura de los hombres que en las mujeres acusan lo que causan. Disfrútenlo:
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia,
y luego con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Queréis con presunción necia
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Tais,
y en la posesión, Lucrecia.
¿Qué humor puede ser más raro
que el que falta de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Opinión ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata
y si os admite, es liviana.
Siempre tan necios andáis
que con desigual nivel
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.
¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?
Mas entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos enhorabuena.
Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada,
la que cae de rogada
o el que ruega de caído?
¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?
Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
Dejad de solicitar
y después con más razón
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.
Claro que existe prostitución obligada, que para mí es otra forma de llamar a la esclavitud de las mujeres. Pero una gran mayoría lo hace como opción de adquisición de dinero y beneficios. Y no me vengan a decir que es signo de subdesarrollo o poca educación porque en los países desarrollados, existe la prostitución en cada uno de sus ciudades y pueblo y tampoco es educación o se les olvida el comentario de Fidel Castro: Tenemos jineteras pero son doctoras e ingenieras!
Que mujer no le ha dicho a su esposo: si me das x o y, te daré el "especial". Creerán ellas que el tipo le consiguió la x o la y porque la quiere? No! Mi hermano, lo hizo por el "especial". Casarse no es sinónimo que uno lo consigue de gratis para toda la vida. Si tiene suerte, los primeros meses y ni siquiera, porque algunos tienen que pagar por luna de miel para conseguirlo.
Pero es el Hombre el culpable. Porque quiere a las mujeres de la forma que no las puede tener. (le dejo de tarea esa oracion a ver si la entienden!)
Para no cansarles con mi desvarío, y como se ha hecho costumbre en mi blog, les voy a dejar con una pieza literaria hispanoamericana. Esta vez de Sor Juana Inés de la Cruz (pseudónimo de Juana de Asbaje y Ramírez; ¿1648?-1695), su poema Hombres Necios donde Arguye de inconsecuentes el gusto y la censura de los hombres que en las mujeres acusan lo que causan. Disfrútenlo:
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia,
y luego con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Queréis con presunción necia
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Tais,
y en la posesión, Lucrecia.
¿Qué humor puede ser más raro
que el que falta de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Opinión ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata
y si os admite, es liviana.
Siempre tan necios andáis
que con desigual nivel
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.
¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?
Mas entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos enhorabuena.
Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada,
la que cae de rogada
o el que ruega de caído?
¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?
Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
Dejad de solicitar
y después con más razón
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.