Cuando se concursa en una contienda, siempre habrán elegidos y rechazados. Los rechazados usualmente aceptan la decisión y se retiran honrosamente.
En el país de las maravillas : República Dominicana, las cosas se hacen de diferente manera. Aquí el proceso es mas como los “steps” esos por los que pasa la personalidad, de negación a aceptación cuando algo malo le está pasando. Entre esos pasos, para los dominicanos, esta el mas importante de todos: el pataleo. En esta etapa al perdedor se le permite hacer todo tipo de reclamos, en aras de que al final se sienta que perdió conforme. Algo así como: “perdí, pero me regué”.
En el país de las maravillas : República Dominicana, las cosas se hacen de diferente manera. Aquí el proceso es mas como los “steps” esos por los que pasa la personalidad, de negación a aceptación cuando algo malo le está pasando. Entre esos pasos, para los dominicanos, esta el mas importante de todos: el pataleo. En esta etapa al perdedor se le permite hacer todo tipo de reclamos, en aras de que al final se sienta que perdió conforme. Algo así como: “perdí, pero me regué”.
Es tal la situación, que se ha creado una definición al proceso: el derecho al pataleo.
Siempre se debe ejecutar este paso; pero casi nunca altera el resultado: el ganador es ganador y el perdedor es perdedor. Solo que después del pataleo el perdedor es un perdedor con honor. Algo así como un nivel de pérdida menor al de perdedor “pelao”. En Estados Unidos es todo los contrario: a los que patalean se les llama “sore loosers” y ésta categoría es peor que “plain looser”.
De lo que si estoy seguro, es que en la contienda electoral pasada, en este país de las maravillas, hubo un gran ganador: El pueblo, que fue quien hizo valer su derecho a elegir y eligió a los ganadores. A los perdedores, les permitirá su derecho al pataleo, y al final, hará como las Bancas de apuestas: Gana y se ríe.
Y …. que siga el entierro!
.