Hay gente que uno no conoce y que tiene una especial oportunidad de conocerla. Digo especial, porque pasa sin que uno pueda evitarlo. Bueno, la semana pasada tuve que conocer a alguien. Mi sentimientos eran imparciales a si, me caeria bien o no.
A mi edad, uno no es propenso a considerar nuevos enlaces. Eso le trae a uno mucho trabajo y la cuestion de ponerse viejo es evitar buscarse mas trabajo.
Entonces, con desgane, me rendí al encuentro deseando que fuera como mi tipo de muerte: rápida y sin dolor.
Y vaya usted sorpresa! me cayó bien la persona. Hasta disfruté su compañia, cuando realmente no queria ser acompañado.
Hoy, se ha ido y no sé si volveré a verle. De seguro que hablaré de nuevo, pero no será lo mismo.
Digo, eso si otra persona que le conoció, le gustó mas de lo que deja saber y la trae por estos lares, una vez más o tal vez de forma mas "definitiva".
Pero lo dejaré ahí y solo me limitaré a decirle a quien se fue, que, a pesar de mi renuencia con eso de conocer nueva gente, me alegró mucho conocerla, y que le deseo suerte donde quiera que se sea que haya volado esta vez.
Para despedirle le dejo esta hermosa cancion escrita por Raúl Torres, espero que le guste.
Se fue,
se fue
y no se llevó mis besos
y estas son las santas horas que no sé
por los aires que voló.
No está,
no está
y no queda ni su ausencia
se escurrió como la lluvia que mojó
este llanto tan eterno.
Mire usted como he tenido
que echarle de menos,
siempre fue un tanto fiel
y otras más de cruel
era mi más sano querer,
Que haré
si en fin
cuando parte no hay regreso
seguiré así sin recordar
como al fin pudo volar,
No está,
se fue
sin abrigar despedidas
y la palabra volver ya se esfumó
cual si fuera esta canción.
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