También la mayoría de la gente visitaba la iglesia los domingos, no tanto para rezar sino para poder comprar billetes y quinielas que se ofrecían en las puertas por billeteros que voceaban los números interesantes que todavía no habían vendido.
La comunidad tenia un cura que ya era un poco viejo y que había ejercido en ese pueblo por mas de 20 años.
Ocurre, que un domingo el padre hablo del adulterio y destacó como en los últimos años había incrementado su practica entre sus feligreses. El sabia esto, pues recibía ciudadanos a diario en su confesionario y solo hablaban de como habían "flaqueado" y cometido el adulterio. El viejo cura dijo que estaba harto de eso y por ende estaba considerando pedir su traslado a otro pueblo.
Las gentes del pueblo se reunieron una noche y en vez de acordar dejar de pegar cuernos, acordaron cambiarle el nombre a la actividad y así su viejo cura no notaria el auge del mismo y no se iría a otro pueblo. Decidieron llamar a la acción a partir de ese momento "caer".
Pasados los años, el cura, el cual al notar el cambio de sus feligreses no se fue a otro pueblo, murió en la paz del señor a la edad de 93 años.
Fue sustituido unos días después por un cura nuevo.
Pasadas unas semanas el cura llama al sindico del pueblo y le dice que debería hacer su trabajo mejor y reparar las aceras.
El Sindico le dice que las aceras están reparadas y el no sabe a que se refería el nuevo cura.
El cura le contestó, que todas las semanas recibía reportes de sus feligreses donde le decían que se habían "caído" y flaqueado.
El sindico que sabia del acuerdo de hace años, tomado en beneficio de su viejo cura, Se halló la ingenuidad de los curas muy jocosa y empezó a reír de manera descontrolada cuando el cura le interrumpió y le dijo:
Usted debería tomar este problema mas en serio. El sindico pregunto, ¿porque?
A lo que el nuevo cura dijo, "porque su mujer se ha caido tres veces este mes".