He aquí una historia de misterio, con relación a un asesinato:
Una mañana, la policía encontró el
cuerpo de una mujer asesinada. su cabeza destrozada por un reloj de pared cuyas
manecillas descansan a las diez en punto. Su reloj de pulsera roto, muestra el
mismo tiempo. Un médico legista llega y estima el tiempo de la muerte sobre la
base de la temperatura corporal, entre 9:45-10:15 la noche anterior. Los
registros telefónicos muestran que la mujer hizo una llamada de emergencia a
las 9:57 pm, pero luego la línea se cortó.
Así que, aquí está la pregunta del
misterio: ¿A qué hora fue asesinada la mujer?
Es posible, por supuesto, que una de
estas piezas de evidencia esté equivocada. Los registros de la compañía de
teléfono pueden estar equivocados. El reloj, en otra ocasión, pudo haber estado
lento o rápido o dañado.
Pero es muy remota la posibilidad de
que todas las pruebas estén equivocadas.
Entonces, ¿qué nos da confianza y seguridad de
que cada una de las pruebas está correcta? El hecho de que todas ellas apuntan
a la misma hora. Si todas las pruebas estuvieran equivocadas, entonces los
tiempos a los que apuntan deberían ser diferentes, el hecho de que todas ellas
apuntan a la misma hora, se llama: Consistencia de evidencia. La consistencia
es lo que convierte una observación en una evidencia.
Y todos la usamos, todo el tiempo,
para hacer deducciones sobre lo que sucedió en el pasado.
En un video que hicimos sobre la
historia de la Tierra, en mi canal de YouTube: JOLULIPA, demostré de forma
fácil como usamos la consistencia: les presenté cuatro fotografías y les
pregunté qué dedujeran cual fotografía era de un terremoto, tornado, huracán o
inundación.
Le pregunté a muchos creacionistas
que tomaran el examen, pero estos fueron muy vagos acerca de sus deducciones o
se negaron a decir si obtuvieron la respuesta correcta, y cómo llegaron a ella.
Supongo que una admisión de que podemos resolver este tipo de problemas, sería
un reconocimiento de que podemos determinar lo que sucede en el pasado. Pero no
importa, sé que consiguieron la respuesta correcta y todos sabemos cómo
llegaron a ella. Buscan las mismas cosas que cualquier persona racional busca para determinar la verdad:
consistencia.
Por ejemplo, si las personas que
viven en esta ciudad le dijeran que el daño del 1er recuadro fue causado por un terremoto,
usted no lo creería. ¿Por qué no? Porque la limitada extensión del daño es
incompatible con el daño dejado por un terremoto o una inundación o un huracán.
Pero el rastro en surco de
destrucción es consistente con la trayectoria de un tornado. Y si miramos más
de cerca descubrimos que las estructuras de ladrillo permanecen en buen estado,
lo que sería incompatible con un terremoto, mientras que los objetos más
ligeros han sido esparcidos por todo el lugar compatible con un vórtice de
viento.
Así que realmente no importa lo que
digan los testigos oculares, tal vez se equivocaron o tal vez estaban mintiendo
o quizás delirando. Los testigos oculares a menudo aprecian las cosas de
manera incorrecta, pero las pruebas, las evidencias, no mienten.
Somos lo suficientemente
inteligentes como para darnos cuenta de las soluciones por nosotros mismos.
A lo largo de mi serie de videos y
escritos, que utilizo para narrar los acontecimientos desde el principio del
universo hasta la migración humana fuera de África, la evidencia que he
presentado ha sido consistente: todos los millones de piezas de evidencias
individuales, preparadas por una serie de cientos de personas en docenas de diferentes
campos científicos, cada una y todas ellas son consistentes con una sola línea
de tiempo y entre ellas también.
Por lo tanto, el argumento usado por
los creacionistas que sugieren que nuestra apreciación está equivocada porque
una pieza de evidencia es errónea, no
puede substituir un hecho indiscutible: que toda la evidencia científica es
consistente, y ninguna de las pruebas presentadas, no están ni remotamente en
consonancia con que el universo, la tierra y todo ser viviente sobre ella, fue
creado en un instante hace seis mil años.
Por lo qué si un Dios imaginario se encuentra
allí para explicar todas las lagunas en nuestro conocimiento, a medida que
aprendemos más sobre cómo funciona el mundo y cómo hemos llegado hasta aquí, el
papel de este dios se ha disminuido hasta encontrarse solo en un lugar más allá
del alcance actual de nuestros conocimientos: El Big Bang.
Los cosmólogos admiten que aún no
saben qué causó el Big Bang.
No me molesta que la gente me diga
que su religión tiene la respuesta y que es la verdad irrefutable y absoluta,
pero si ese es el caso, entonces vamos a tener que ver los detalles de su aseveración.
Lo que sea que se esconde en el interior del mundo de la física cuántica o una
singularidad no puede ser masculino o femenino.
¿Y qué es esta cosa llamada Dios? ¿Qué
hizo para causar el Big Bang? ¿Cómo ocurrió todo? Si usted no sabe, entonces
usted realmente no sabe mucho más que yo. El hecho es que ninguno de nosotros
sabe eso todavía, así que dejemos de pretender que sabemos.
Sentarse a discutir sobre lo que no
sabemos es como los antiguos griegos que trataron de utilizar la filosofía para
dar cuenta del sol. Pero una cosa que sí sabemos es, que no podemos usar la
Biblia o el Corán como prueba, porque la evidencia que si podemos ver, muestra
que estos libros están equivocados.
Independientemente de la causa del
Big Bang, sabemos, a partir de observaciones, de cómo el universo se ha
desarrollado desde entonces. Sabemos
bien que no hubo dios en el Edén, ningún hombre hecho de barro y ninguna mujer
hecha de una costilla. Lo sabemos porque podemos rastrear nuestros orígenes
claramente hacia África hace más de 100,000 años. No hubo creación instantánea
de todos los animales. Tenemos pruebas contundentes de que los animales
evolucionaron a lo largo de cientos de millones de años. No hubo diluvio
global. Hemos excavado y perforado a través de kilómetros de rocas que se
remontan miles de millones de años y la evidencia de un diluvio mundial hace
cuatro mil años simplemente no se ha encontrado. El universo no fue hecho en
unos pocos días. Tiene cerca de 14 mil millones de años de edad, y podemos ver
galaxias tan lejanas que la luz de ellas tarda miles de millones de años en
llegar hasta nosotros.
Y ya que sabemos todo esto, entonces
también sabemos que la deidad que se describe en estos libros sagrados es un
mito, una conjetura de la edad de bronce destinada a explicar las enormes
lagunas en nuestro conocimiento hace tres mil años
El problema es, que a estos libros
se le ha creído durante mucho tiempo, es difícil apartar a la gente de ellos y
eso hace del mundo un lugar peligroso en el que los mitos de la edad de bronce
tienen más poder sobre algunos dirigentes y algunas naciones que el pensamiento
racional.
No estoy hablando sólo de los
peligros obvios de una intolerancia religiosa. El mundo se enfrenta a retos
ambientales sin precedentes en el siglo 21. No podemos actuar bajo el supuesto
de que un ser benigno vela por nosotros y se asegurará de que suframos ningún
daño. O peor aún, seguir un libro que nos dice que la destrucción de nuestro
medio ambiente es la voluntad de una deidad invisible y que la mejor manera de
salvarnos a nosotros mismos, no es tratar de reparar el daño, sino rezarle a la
deidad. Esa ha sido una práctica inútil
de los seres humanos durante miles de años. La de Nativos que oran a un dios
volcán en lugar de escapar en sus canoas.
Espero que mis escritos y videos
hayan demostrado por qué no podemos darnos el lujo de ser complacientes: Si
asumimos que el destino de nuestro mundo está sellado y fuera de nuestras
manos, entonces muy pronto y sin remedio alguno, así lo estará.