Esa palabrita que mi mamá utilizo tanto cuando se dirigía hacia mi, es de las pocas palabritas que tienen un solo significado en el idioma Dominicano. Son las rayitas negras de sucio que se le pega a uno en el cuello, la parte frontal del codo, el ombligo y las orejas, cuando uno no se ha bañado y ha sudado muchísimo.
Viene de la palabra del idioma español llamada costra. Corteza dura que recubre ciertas cosas blandas. En este caso, entonces, capa de sucio que recubre ciertas partes del cuerpo de un asqueroso… usualmente un carajito, que tiene mucho que gozar y jugar y no tiene tiempo para bañarse.
La costra, es también la capa dura que se forma en el exterior de una herida o cicatriz. En idioma dominicano eso se llama la “potilla”. No hay una cosa que dé más gusto que quitarse con cuidado y tomándose su tiempo, las postillas que se le forman a uno encima de un “güallazo” o “pelao”, el cual está ligeramente rosado por la aplicación anterior de un chin de “metiolé” o yodo, tambien da gusto meterse el indice en el ombligo y darse cuchi chuchi, hasta sacarse la cota. (adicionalmente, quiero decir, que hacer eso con las narices y las orejas, es sencillamente asqueroso y antigienico... yo no hago eso ;>)
Porque, tanto el sucio como las curas dominicanas están propensas a crear una costra. El sucio forma “cota”, el güallón “potilla” y el rámpano, especialmente cuando se le echa sulfatiazol, una costra blancuzca, mezclada con potilla y cota. Ah! Se me olvidada, los “nacíos” crean una puntica, que uno pellizca antes de exprimirlos. Si son ciegos, los nacíos tienen una puntica negra y dejan despues de esprimirse, una cicatriz que se le llama ñáñara.
Y ya que hablamos de sucio, ¿cómo nos llaman nuestros padres cuando estamos en ese estado? “Mi jijo, tu Jiede a macutico e pecador”, “diablo! En esa cota se puede sembrar batatas y yucas”, “que puñal tienes debajo del sobaco”, etcétera, etcétera, etcétera.
En conclusión, señoras y señores, los dominicanos somos una “partia” de sucios en cuanto a llamar cosas sucias. En los demás países del mundo le tienen nombres más poéticos a esas cosas… así se evitan el asco de los que las escuchan… Pero por aquí, eso es lo que se busca: provocar asco pa que tanto médicos, como padres y amiguitos, no le “entren” a esas "convalecencias".
Es por eso que cuando chiquito, yo me quitaba la cota con el dedo índice en forma de lija y con movimiento de violín, las potillas con mis uñas (que también tenían sucio) y los rámpanos, bueno.. esos eran muy asquerosos y se lo dejaba a otro… Además, para algo tiene uno perros.
Psst! chivi! chivi! ven lambe ahi... ahi mimo... ahora é que esto se me va curá, tu vera!... Dále entre los deito del pie, que tengo mazamorra... Ay! nerón, tu si ere un perro bueno!!!!
Viene de la palabra del idioma español llamada costra. Corteza dura que recubre ciertas cosas blandas. En este caso, entonces, capa de sucio que recubre ciertas partes del cuerpo de un asqueroso… usualmente un carajito, que tiene mucho que gozar y jugar y no tiene tiempo para bañarse.
La costra, es también la capa dura que se forma en el exterior de una herida o cicatriz. En idioma dominicano eso se llama la “potilla”. No hay una cosa que dé más gusto que quitarse con cuidado y tomándose su tiempo, las postillas que se le forman a uno encima de un “güallazo” o “pelao”, el cual está ligeramente rosado por la aplicación anterior de un chin de “metiolé” o yodo, tambien da gusto meterse el indice en el ombligo y darse cuchi chuchi, hasta sacarse la cota. (adicionalmente, quiero decir, que hacer eso con las narices y las orejas, es sencillamente asqueroso y antigienico... yo no hago eso ;>)
Porque, tanto el sucio como las curas dominicanas están propensas a crear una costra. El sucio forma “cota”, el güallón “potilla” y el rámpano, especialmente cuando se le echa sulfatiazol, una costra blancuzca, mezclada con potilla y cota. Ah! Se me olvidada, los “nacíos” crean una puntica, que uno pellizca antes de exprimirlos. Si son ciegos, los nacíos tienen una puntica negra y dejan despues de esprimirse, una cicatriz que se le llama ñáñara.
Y ya que hablamos de sucio, ¿cómo nos llaman nuestros padres cuando estamos en ese estado? “Mi jijo, tu Jiede a macutico e pecador”, “diablo! En esa cota se puede sembrar batatas y yucas”, “que puñal tienes debajo del sobaco”, etcétera, etcétera, etcétera.
En conclusión, señoras y señores, los dominicanos somos una “partia” de sucios en cuanto a llamar cosas sucias. En los demás países del mundo le tienen nombres más poéticos a esas cosas… así se evitan el asco de los que las escuchan… Pero por aquí, eso es lo que se busca: provocar asco pa que tanto médicos, como padres y amiguitos, no le “entren” a esas "convalecencias".
Es por eso que cuando chiquito, yo me quitaba la cota con el dedo índice en forma de lija y con movimiento de violín, las potillas con mis uñas (que también tenían sucio) y los rámpanos, bueno.. esos eran muy asquerosos y se lo dejaba a otro… Además, para algo tiene uno perros.
Psst! chivi! chivi! ven lambe ahi... ahi mimo... ahora é que esto se me va curá, tu vera!... Dále entre los deito del pie, que tengo mazamorra... Ay! nerón, tu si ere un perro bueno!!!!